Con el título “La pintura occidental de felino de Cerro Sechin: ¿Es original o falsa?” Bonavia (1990) sugiere una alternativa arbitraria. Si bien es válida su crítica del método de restauración aplicado, no es suficiente para sostener que la obra merezca tacharse de falsificación. Al ser examinadas sine ira et studio las fotos reproducidas por Bonavia (1990), más bien demuestran que en 1971 todavía estaba conservada la parte inferior del mural original, sobre el cual se efectuaron en aquel año, y el siguiente, ensayos no muy acertados de restauración junto con necesarias, y cuidadosas medidas de consolidación.